Pero, ¿cuál es la razón por la que tan insulsa prenda de ropa genera este efecto? Sencillo: la clave está en el calor y la comodidad que otorgan.
El doctor Gerst Holstege, quien condujo la investigación, hizo el descubrimiento de manera casual mientras intentaba ver qué sucede en nuestro cerebro cuando alcanzamos el orgasmo. El científico se dedicaba a analizar con un escáner de emisión de positrones los cerebros de 13 mujeres y 11 hombres cuando alcanzaban el clímax en tiempo real.
Muy interesante, también, es otra conclusión a la que llegó Holstege. Y es que en el mismo estudio se comprobó que las regiones cerebrales vinculadas al miedo y al alerta se “apagan” cuando estamos en el orgasmo. Eso es lo que produciría esa sensación de paz y armonía que suele generar.