Me visto especialmente para la cena, voy totalmente depilada. Eso hace que “me sienta mucho más”, me excita prepararme. Me pongo ropa interior negra de encaje, un sujetador “balconet” de seda que a penas me cubre los pezones. El roce del sujetador me excita y hace que se erecten.
No llevo braguitas, sólo me cubro con un vestido vaporoso con cuello de pico, con el que soy muy accesible. Llevo medias negras con encaje, no necesitan sujeción, y unos tacones negros infinitos, a él le gusta que se le claven directamente cuando hacemos el amor.
Ya estoy casi lista, solo queda que me introduzca unjuguetito suave y delicioso en mi vagina con un poco delubricante, que luego el hará vibrar a capricho.
Me pongo mis pulseras de perlitas negras-esposas, sin la cadena, que meto en el bolsillo de su chaqueta para que las use más tarde, junto con el mando a distancia. Ya solo queda ponerme el perfume que utilizamos los días de más pasión. Un abrigo me protege del frío y me subo en el coche, noto el asiento de cuero en mis piernas y me siento directamente encima de él.
Él sube al coche, va guapísimo y lleva ese perfume que me embriaga y que me indica que tenemos por delante una noche de pasión.
Pone música y empieza a conducir. El aire entra por la ventana y sus dedos se deslizan entre mis piernas, me pide que las separe y me acaricia, noto cómo se me eriza toda la piel y cómo me humedezco y aumenta la tensión al roce de sus dedos. Sube hasta mi escote, mete la mano y pellizca suavemente mis pezones, asiente, le resulta excitante.
Llegamos al parking del restaurante, aparcamos, me acaricia unos segundos más y me hace salir, separar las piernas y con sus dedos comprueba el juguetito que está en mi interior. Me besa los labios y entramos en la cena.
Estamos en una mesa redonda con varias personas, él se sienta a mi lado, mis pezones están duros, el comensal de enfrente no puede quitar la vista de ellos, yo le sonrío, mi pareja desliza la mano hasta su bolsillo y pulsa suavemente el mando a distancia, siento un pequeño zumbido entre mis piernas, tira levemente de una de mis rodillas por debajo de la mesa para que las mantenga separadas, tengo ganas de juntarlas no quiero que se me note la excitación, me ruborizo, para y continúa la cena.
Se disculpa y va al cuarto de baño, desde allí acciona el mando que yo noto profundamente y me indica que vaya hacia él. Me disculpo yo también y me dirijo al baño, me espera. Nos metemos en el baño cerramos el pestillo y me pide que me de la vuelta y me incline, saca mis pechos fuera de la blusa dejándolos expuestos, los pellizca y besa, empieza a acariciarme el clítoris suavemente mientras el juguetito sigue vibrando en mi interior con más potencia, me estremezco, noto como me laten las sienes, me ruborizo y se agita mi respiración, saca el vibrador lentamente e introduce su pene con movimientos rítmicos dentro de mí, mientras me sigue acariciando. Me corro sin poder evitarlo y él se corre a continuación.
Nos arreglamos y cómplices volvemos sonrientes y relajados a continuar la cena con el resto de comensales.