Difícil pregunta si vale la pena o no probar un trío, porque para algunas personas requetevale la pena probar y para otras es un desastre total.
Tiene mucho que ver con cuán seguro uno está de que realmente quiere vivir una experiencia versus que solo disfrute imaginar cómo sería tal experiencia. Y esa es un área muy difícil, donde la persona tiene que llegar a una determinación.
Más allá de eso, si uno en verdad quiere experimentar algo, hay que tener en cuenta que los tríos son complejos. Si entre dos personas ya es complicado de por sí, acá estamos agregando un tercero que no es una persona principal en la relación de pareja, pero que obviamente se merece todo el respeto y toda la consideración. Y ese tercero va a traer un montón de cosas externas con las que hay que tratar.
En caso de avanzar, tiene que estar previamente negociado; tiene que saberse bien qué es lo que se va a esperar; hay que tener un plan A, un plan B y un plan C. Si las cosas no salen como imaginaban y si tal situación a mitad de camino no es como pensaban, ¿cómo van a reaccionar?
Todo eso tiene que estar previamente analizado, discutido y negociado. Y, aún así, a menudo es muy difícil. Para la gran mayoría de las personas no termina siendo algo favorable porque impacta en la relación de pareja y muchas personas no pueden sobrepasar los celos, o lo extraño que les pareció, o que tal vez a uno le gustó más, o lo que fuera.
Pero para otras personas funciona maravillosamente. Entonces, ¿quién soy yo para decir qué está bien y qué está mal? Si les gusta, entonces está bien. Pero, ojo: hay que saber que muchas veces no funciona y que es un riesgo grande que se toma en términos de mantener la integridad de la pareja. Es complicadito.
(La entrevista se hizo durante el lanzamiento del libro “Sexo, ¡¿Y ahora qué digo?!”, de Editorial Sudamericana. Mirá el VIDEO con la explicación de Alessandra).