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"Sexo fuerte": ¿hay que probar los extremos?


Cada uno de nosotros tiene un umbral de intensidad para el sexo, que puede tener variaciones, pero que se constituye como el “punto justo” de máximo placer. Cuando el umbral se ubica en un lugar alto, la experiencia sexual debe ser fuerte, y en algunos casos llegar a grados extremos, para lograr el “goce supremo”. La cuestión es animarse.

Una de las reglas a tener en cuenta es el acuerdo con la pareja. No necesita ser explícito; los cuerpos también tienen la capacidad de comunicar, de decir lo que se quiere y cómo se quiere.

Si la relación no tiene compromiso, es posible que el grado de entrega llegue a ser alto, sin ningún reparo o cuestionamiento posterior. Es distinto cuando se está gestando un vínculo que puede llegar a ser más prolongado y rico en emociones.

Cada pareja elige cómo llegar a los grados superlativos de placer. Lo importante es no postergar o reprimir una intensidad que es un poderoso factor de unión y de satisfacción personal.

Las prácticas del “sexo fuerte”

Desde las primeras señales que invitan al encuentro se puede insinuar que las ganas de tener “sexo fuerte” son altas. La forma de besar, de dejar que las manos del compañero recorran el cuerpo, de guiarlas a los sitios más erógenos; los gemidos, las palabras, las fantasías que salen de la boca e impregnan la imaginación del otro, son estimulantes incentivos.

El sexo fuerte no tiene límites de espacio: en el baño, en la cocina, en el jardín, en el ascensor, o en el cuarto, no existe un lugar que debe estar predeterminado. Tampoco tiene como meta la penetración, todo el encuentro debe ser gratificante.

La dinámica sexual puede incluir: vestimentas fetiches, cambio de poses, sexo oral, sexo anal, juguetes, películas porno, insinuaciones sádicas o masoquistas, comunicarfantasíasincluir a un tercero, sexo grupal, etc.

Todo es válido cuando existe acuerdo entre adultos. Las personas que gustan del sexo fuerte y lo saben vivir con responsabilidad, con arreglo entre las partes, sin reclamos o reproches varios, disfrutaran de la experiencia con libertad.  


Por el doctor Walter Ghedin. Médico psiquiatra y psicoterapeuta.

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